planetaimaginario
Veamos: hace un dia gris, amenaza la lluvia; "esta es una tierra siniestra" le dije hoy a Luni. Si fuera ella no volveria del soleado Madrid. A mi me gustaria irme al sur, este es el primer año desde hace 6 que no voy a bajar. O quien sabe, tal vez me acerque a visitar a Ale o a Virgin.
Yo queria dormir la mañana, pero esa extragna mujer que viene a limpiar semanalmente me saco de la cama con sus timbrazos. Intente recuperar mi tarjeta de credito porque hace un par de dias se la comio un cajero gloton; pero los señores del banco me han dicho que me han pedido otra porque la mia estaba hecha polvo y que tardara unos dias. Me he levantado con un dolor raro en el abdomen, creo que es superficial, parecido a las agujetas; duele al tocar. No se a que se debe, tal vez a algo que comi o a una mala postura al dormir porque llevo sin hacer deporte ni practicar el sexo bastante tiempo. Mi inflamacion de encias no se va, a pesar de que me prometieron curacion con la limpieza bucal que me practicaron el otro dia. Ademas me enterado de alguna cosa rocambolesca. Le decia a Alvaro hace unos dias que estaba harto de que mi vida fuese tan rocambolesca, a pesar de que esta palabra me gusta mucho, me llena la boca. Pero el caso es que cada dia me ocurre algo raro. Todos los dias, de verdad. Si, yo queria una vida novelesca, pero ya me estoy hartando. Este finde no han parado pasar cosas y parece que la cosa va para rato. No me he decidio hoy a estudiar, bravo. Mi dinero se agota a ritmo de plusmarquistas. Y mama llega esta noche, pero al final esto va a ser una bendicion. Esta casa se me esta cayendo encima. Aish.
Supongo que, como siempre, en peores plazas hemos toreado y todo eso y bla bla bla. En fin, voy a pasar la tarde jugando al basket con Borja. A ver si me saco las avispas de dentro.
He soñado con el Circo del Sol. Es la tercera vez que veo el espectaculo pero esta vez, en sueños, era mas extraño. A veces me pregunto por que si puedo conducir soñando no puedo hacerlo despierto.
El veranin va pasando casi sin que nos demos cuenta. Entre libros, papeles y pintas de cerveza. Anoche vivi una historia rocambolesca con una familia de churreros. Mi vida es siempre tan rara... Ella era la hija, de 20 añitos. Yo intentaba convencer a mama y a papa de que yo era un buen partido. Creo que mama la convenci: estaba interesada en la Astrofisica y cosas por el estilo. Pero a papa, aunque decia lo contrario, no le acaba de entrar por el ojo. Tambien estaban presentes el hijo de 10 años que se entretuvo todo el rato con el Tetris y la tipica sobrina gordita y heavy que canta muy bien. Y alli todos poniendose ciegos a whisky y canutos. La familia que se coloca unida permanece unida.
Anda la Luni por Madrid. Es raro. Raro que ella este por alla y yo por aca, como con los papeles cambiados. Hemos hablado y esta contenta, feliz, y eso es estupendo. Cuando todo aquello, Luni solia visitarme en Madrid y era una fiesta. Siempre hacia sol y a Luni el sol le sienta como a las flores. Venía y florecia, y yo tambien florecia, pero no por el sol sino por ella. Y como no hacerlo.
Ahora andara recorriendo todos los lugares que frecuentabamos juntos. Le enseñe Madrid cogida de mi mano, casi al mismo ritmo que lo iba conociendo yo. Y ahora ella andara por alla y yo aqui bajo este cielo plomizo y eterno. Cenara en mi casa y charlara con mis compañeros, vera nuestra, perdon, mi cama. Espero que me recuerde y, sobretodo, que recuerde lo bonito que lo pasamos cuando estabamos juntos y revueltos. Yo bajo este cielo plomizo pero contento si ella lo esta. Y tambien lo recuerdo. Como olvidar.
Ser camarero en una sidrería exige, por lo menos, una cualidad especial: saber escanciar. Pero, ademas de esto y por lo general, los sidreros son ademas un curioso tipo de showmen patrio. Adulan con gracia a las chicas bonitas, alientan a los mozos, hacen bromas a voces o hablan para si mismo donde todos les podemos oir. Y entre chanza y chanza distraen al cliente cual prestidigitadores y le hacen beber mas sidra de la que deberia. Y tambien hacen mas negocio. Los sidreros son los Rolls Royce de los camareros.
Recuerdo: la estacion de Atocha siempre en obras, y sobre todo despues de la bomba. Cruzando la calle uno debia desviarse hacia la derecha entre planchas metalicas, habia sacos de arena, palas, maquinas de color amarillo y algun obrero. Para avisar del desvio un gran cartel con grandes letras: "Acceso a Estacion de Atocha". Al lado de este cartel institucional otro pequeño, escrito a mano y señalando en direccion contraria: "acceso a pedigueño". Y efectivamente, mirando a la izquierda, ahi estaba aquel tipo barbudo y sucio, con aspecto de filosofo cinico, viendo el mundo pasar y el que ya se habia bajado.
Hoy ando bastante perdido. Segun mama existe una especie de ley universal de reciprocidad, algo asi como una moral kantiana con premio. Lleva años diciendo lo mismo. Ojala sea asi, pero algo en lo mas profundo me dice que no. Que no, que no.
No escribo mucho porque ando muy ocupado. Mi vida se divide entre estudio (si, tan pronto) y vida social. Bueno, esto son solo 2/3 de mi plan, ahora solo falta el deporte aunque el domingo pasado jugue al baloncesto e hice una mudanza.
Que sorpresa despertarse y encontrarse a cuatro de tus tias que se han hecho fuertes en el salon. Al parecer venian a buscar a mama para irse todas juntas a comer. Son graciosas mi tias. Y es graciosa verlas a todas juntas, cada una con sus manias. A mi me sometieron al rutinario examen fisico. Cada una tenia un deseo: quitate la barba, quitate las gafas, mejor esos pantalones que los vaqueros. "Claro -dicen-, como te vemos de ciento en viento es ahora cuando podemos preocuparnos". Curiosamente ninguna me pregunto por mi estado de animo y esas nimiedades. Bueno, asi son las cosas. Mire la foto de mi abuela que hay sobre una de las mesas del salon y me pregunte como aquella mujer menuda pudo parir a estas cinco señoras. Yo a la abuela no la conoci.
Dia regulin: intento frustrado de estudio, paseo con mama y discusion sobre mil cosas. El cielo sigue impasible. Para colmo y como guinda escucho aquella cancion de La Buena Vida, paradigma de la tristeza tonta, "Que nos va a pasar". Ole.
Respecto al tiempo: se me ocurre que tal vez no sea tan raro ese manto de nubes, solo que tanto tiempo viviendo en una ciudad siempre soleada y colorida me afecta a la hora de volver. Tal vez ya era asi cuando vivia aqui, tal vez sea que no lo recuerdo y que, entonces, no me daba cuenta.
A ver que me depara la noche. A veces es el unico refugio, porque de noche da igual que haya nubes.