El veranin va pasando casi sin que nos demos cuenta. Entre libros, papeles y pintas de cerveza. Anoche vivi una historia rocambolesca con una familia de churreros. Mi vida es siempre tan rara... Ella era la hija, de 20 añitos. Yo intentaba convencer a mama y a papa de que yo era un buen partido. Creo que mama la convenci: estaba interesada en la Astrofisica y cosas por el estilo. Pero a papa, aunque decia lo contrario, no le acaba de entrar por el ojo. Tambien estaban presentes el hijo de 10 años que se entretuvo todo el rato con el Tetris y la tipica sobrina gordita y heavy que canta muy bien. Y alli todos poniendose ciegos a whisky y canutos. La familia que se coloca unida permanece unida.