planetaimaginario
He estado pensando en escribir sobre fotografÌas. A veces, cuando miro una foto, me fijo en la gente que pasa por detr·s de la persona o la cosa fotografiada: algunos miran a la camara distraÌdos, otros incluso saludan, y otros quedan inmortalizados sin enterarse. Me pregunto en cu·ntas fotos aparecerÈ como actor secundario, en las casas de cuantos desconocidos se almacena mi imagen por todo el globo terr·queo. DespuÈs de pensar en estas cosas he visto un poco la tele, las noticias, y hablaban de gente que tenÌa accidentes y cosas asÌ, y me empezÛ a rondar la cabeza la idea de que quiz·s el protagonista de alguna noticia apareciese en el paisaje de alguna de mis fotos. Incluso me han entrado las ganas de revisar las fotos que tienen en sus casas toda la gente que conozco, quiz·s estÈ presente en alguna de ellas, en la epoca en la que a˙n no nos conocÌamos. ImagÌnese que esa persona que camina distraÌda por detr·s de su tia rigoberta posando delante de la fontana di trevi sea el amor de su vida. Yo, cuando veo a alguien sacando una foto en una porciÛn del espacio en la que estoy presente, saludo amigable y sonrÌo.
Un poema de la increible Alejandra Pizarnick. Alejandra, Alejandra...
La pequeÒa viajera moria
explicando su muerte,
sabios animales nostalgicos
visitaban su cuerpo caliente
Un mechon de pelo se despeÒaba por su frente; ella lo apartaba nerviosa y continuaba con los ojos fijos en la cucharita con la que removia el cafe, me mostraba sus extensos parpados y las pestaÒas, negras, que me apuntaban. Mantenia la boca semiabierta y por momentos dejaba de remover el cafe y apretaba los labios durante algunos segundos. Luego volvia a abrir la boca y a remover, como si despues de un momento de maxima concentracion hubiera desechado la idea que estaba dando a luz,y buscara alguna nueva. De pronto me miro, sus parpados se levantaron lentamente y pude ver su pupila mirandome. Contuve la respiracion ansioso de oir, al fin, su decision. En mi mente todo ocurrio entonces a camara lenta: vi su boca moviendose lentamente, y dentro la lengua, y oi como decia: "Equis". Quizas ese domigo ganasemos el pleno al quince.
No es que no sepa acentuar, es que lo pc's de los cibercafes no ponen acentos (y no se porque)
He recibido a mi Tia Vicen, he comprado un carrete para la maquina de escribir prestada, he dormido mucho, he visto bastante telebasura, he viajado en el subterraneo, puedo decir que he robado, cada vez fumo menos, eso si, ahora mismo unas lentejas se estan cociendo, me he calzado y descalzado en varias ocasiones, he hablado por telefono, me he reido algunas veces, he pensado mucho, el carrete para la maquina de escribir prestada no ha funcionado correctamente, se me ha ido la olla, he perdido el norte, he mantenido una mirada triste y perdida durante muchos minutos, me han dado los buenos dias, he sentido dolores en el cuerpo, mi estomago esta loco y tiemblo, escribo en un ordenador que no puede poner acentos, he sentido nostalgia mayormente al caer la noche, de cosas utiles pocas, todo esto en dos o tres dias, en Madrid, soy un avispero.
Como podÈis ver son las ocho y media de la maÒana y he pasado la noche en vela. HacÌa tiempo que no me pasaba, pero es que ayer nos levantamos muy tarde. He estado unas cuantas horas dando vueltas en el catre y me siento mejor. Dentro de unas horitas de nada tomarÈ un autob˙s para ir a Madrid. Se acabaron las vacaciones, definitivamente, y creo que no volverÈ a pisar Oviedo hasta dentro de un mes exacto. No es mucho tiempo.
He dormido donde Lunita y ahora estamos planeando ir a ver una pelÌcula al cine. Es increÌble el montÛn de basura que se produce hoy en dÌa y se exhibe en los cines, radios, televisiones, librerÌas, cubos de basura... A˙n asÌ se me ha ocurrido la maravillosa y esperanzadora idea de que ninguna pelÌcula serÌa mala si consiguiera proyectarla sobre
las nalgas desnudas de Lunita.
Me estoy acordando ahora de los fascistas con los que vivÌa en mi casa de Atocha, porque hace ahora alrededor de un aÒo que aterrizÈ en aquel sitio. Ella, Victoria, era procedente de un pueblo extremeÒo con el absurdo nombre de Dombenito, y decÌa ser artista. Al menos pretendÌa parecerlo, pues estaba todo el dÌa apesumbrada y distraÌda, y todos los estados atmosfÈricos le proporcionaban gran placer, tanto la lluvÌa como el sol. Yo no soportaba la manera en la que ella fingÌa que le conmovÌa el cielo plomizo, ni su ropa negra, ni su piel p·lida, ni su maldito gusto por la decoraciÛn minimalista. Allan era danÈs, llegÛ como un chico sano y deportista, inocentÛn, un poco tonto, patriota y oficial del ejÈrcito. Victoria era un torbellino y Allan una ovejita. A˙n asÌ, cuando comenzÛ su romance, Allan cambiÛ sus ropas deportivas por prendas negras al estilo de ella: ahora parecÌan dos p·lidos nihilistas, dos sombras recortandose contra las paredes vacÌas de aquel enorme pasillo.
TodavÌa saboreo la cara que pusieron estos dos grandes farsantes cuando los cuatro policÌas llamaron a la puerta de su habitaciÛn.
Son ya las seis y media de la tarde y creo que va siendo hora de comenzar mi jornada de ocio. El problema es que no me apetece nada ducharme, y eso que yo soy un tipo pulcro e higiÈnico, pero hoy, no sÈ por quÈ, no me apetece nada, a lo mejor es por el temporal, pero, maldita sea, nunca creÌ que un temporal me fuera a afectar tanto. Tengo una borrasca dentro y huelo mal.
El temporal sigue recorriendo la piel de toro, pero aquÌ ya no nieva ni n·, eso sÌ, hace un frÌo del carajo. En la expediciÛn nocturna de ayer oÌ algo estupendo: para que nieve tiene que haber unas bacterias flotando en el aire, de tal forma que el hielo recubra la bacteria y se forme un copo de nieve, cosa que explicarÌa porque no hay dos copos iguales, o no. De todas maneras, he de decir que la teorÌa no me convence. Adem·s me he levantado un poco resacoso, con esa terrible resaca light que da la cerveza en ciertas cantidades. En fin...
Y parece que al final ya arrancÛ a nevar, ahora mismo lo estoy viendo por la ventana. QuÈ bonito cÛmo revolotean los copos de nieve, algunos parece que incluso caen hacia arriba en espiral. Y dicen que microscÛpicamente no hay dos iguales, y son miles de millones los que estoy viendo caer. A˙n asÌ me da la impresiÛn (seg˙n mi madre, la tele, Ètc...) de que soy el ˙nico que disfruta con esto. Como un niÒo.
En mi sueÒo de hoy, mi novia tenÌa una pizza margarita congelada en el trasero. Al despertar la he llamado para comprobarlo: la pizza no la tenÌa, ni una muela, ni los nervios. …sta maÒana ha nevado un poco y, joder, yo no tengo la culpa.
Estoy viciado a esto de la pagina, asÌ que ahÌ va un poema de Aquilino Duque, check it out dude!:
Un reloj de arena, tu cuerpo,
estrecharÈ tu cintura
para detener el tiempo.
Era la cuesta de enero y la niÒa estaba triste, tenÌa sus ojos muy verdes abiertos como grandes ojos verdes abiertos como platos clavados en el suelo, tal vez buscando las respuestas entre las piedras o en ese papel de plata que revoloteaba, o tal vez simplemente buscando las preguntas que habrÌa de responder. Yo, a su lado, miraba alternativamente al empedrado y a la niÒa, y con las manos erizadas le repetÌa "mi dulce niÒa no estes triste, mi dulce niÒa". Realmente abiertos, los tenÌa.
Hola hola hola, queda inagurado este weblog. Estoooo que momento tan especial, no se que decir. Plas plas plas. Gracias a todos los que me han apoyado hasta que he llegado hasta donde estoy. Plas plas plas. Ciao.
