Que bien lo pase ayer. Almorzamos en un restaurante muy diafano y muy mediterraneo en el muy castizo barrio de Lavapies. Luego vagabundeamos un poco, y preparamos sangria y marmitako para cenar. Bueno, el marmitako lo hizo Rory y la sangria Martalampa, y ambas cosas estaban deliciosas, me refiero, claro, al marmitako y la sangría, aunque lo cierto es que ellos dos tambien lo son.