Hoy, en la calle, un tipo con uniforme promocional me ha regalado una bebida. Se trata de un nuevo producto de Schweppes (se escribe así?): una bebida energetica con sabor a naranja. El recipiente es una de estas latas mas finas que las latas de toda la vida, menos paleta, estampada con motivos plateados y naranjas, motivos futuristas y llenos de dinamismo. Vamos, que es una de esta "bebidas inteligentes" y advierte con letras muy llamativas "contiene cafeina". Al parecer, ahora, el contener cafeina es una cosa muy
fashion, muy
cool, muy
trendy y, en fin, muy moderna. Quien se lo diria a los jubilados que desayunan su mediano en el bar de la esquina, si supieran que estan consumiendo la molecula de moda... Ay, esta gente del mundo del marketing nunca dejara de sorprenderme. Es gracioso ver como, una y otra vez y con ayuda de sus
coolhunters, las empresas tratan de acercarse al mundo juvenil, de ser uno de los nuestros. Recuerdo cuando quisieron convertir una cosa tan tradicional y tan iberica como el acto de mojar (mojar el churro en el chocolate, mojar el pan en la salsa, mojar la patata en el ketchup) en una actividad novedosa y posmoderna llamada
dipear, del ingles
to dip. O ese anuncio de detergente en el que la hija tiene cientos de miles de rastas multicolores, una excesiva minifalda de cuadritos y mas bien parece sacada de la serie manga
Sailor Moon que de un adosado de ciudad dormitorio. O, por dios, el ultimo anuncio de las Nuevas Generaciones del PP en el que trataban de explicar que Europa mola y en el que se veia un tanga de hilo (motivo por el cual fue censurado por la cupula del PP, pues inducia al sexo). La mayoria de las veces no hacen mas que evidenciar su falta de contacto con la realidad de la gente y sus desmesuradas y pateticas ganas de innovar y vender. Esto de las bebidas inteligentes supongo que empezo un poquito despues que la cultura del extasis y las drogas de sintesis. Un intento de la industria para llevarse un cachito del pastel que se estaban comiendo los laboratorios clandestinos y los traficantes. Como por lo general las cosas que se desarrollan espontaneamente funcionan mejor que las planificadas por capitostes, el mercado de la droga va en aumento vertiginoso y estas tristes copias del cafe con leche metidas a drag queens siguen con sus ridiculos nombres olvidadas en las baldas de los bares de pachanga. Porque supongo que ahi, en estos sitios donde no hay tanto vicio, es donde mas triunfa el Locura, el Red Bull, el Pink Fish y demas pocimas magicas. "Jo tio, este finde me tome 7 Red Bulls", comenta el repeinado estudiante de Derecho el lunes por la mañana con las melodias de Bisbal aun rondando por su cabeza. En fin, que cuando aparecieron yo me lleve una latita de estas inteligentisimas a un examen para que me resolviera las integrales y lo unico que me aporto fue una taquicardia de ordago.