Madrid es a dÌa de hoy una ciudad completamente tomada por la policÌa. Finalmente los terroristas se salieron con la suya y consiguieron sus fines: sembrar el terror. Hay lecheras en cada esquina, nacionales amenazantes en cada calle, guardias de seguridad contratados para la ocasiÛn en todos los transportes p˙blicos, municipales desperdigados por la red metro. Es curioso en el metro: les ponen petos de colores chillones para que la gente los vea, para que se den cuenta de que nuestros prÛceres nos protegen. Porque en el fondo se trata de eso, de crear la ilusiÛn de la seguridad. Por muchos guardias que pongan a registrar a mendigos (que es a lo que se dedican) en las paradas de metro no van a poder evitar que algo pase si es que tiene que pasar. Cualquiera podrÌa burlar estas medidas de seguridad de escaparate. Es solo para engaÒar a las viejas. Esperemos que este nuevo gobierno rompa este fÈrreo compromiso que los fascistas tenÌan con las ancianas.  ¶ 21:12