Cada vez la primavera es m·s primavera: la sangre crepita. En las calles y las plazas florecen ciudadanos vagos tirados al sol cual lagartos y botellas de Mahou Cl·sica, un litro de capacidad y cristal marrÛn. En los parques de la universidad florecen las parejas, todas tiradas y enmaraÒadas. Ellos, so pretexto de darles un agradable masaje, las toquetean; ellas, picaronas, consienten y se suben las camisetas, se bajan los pantalones, nos muestran a los solteros que paseamos sus michelines a˙n blancuzcos que el verano tostar·.