Todas la historias, todas la situaciones, todos los personajes ya han existido antes, en el Imperio Romano, en las cavernas, en el siglo XVIII o en los aÒos 60, pero ya han tenido lugar, asÌ que dejen de sentirse tan importantes. Siempre me siento un estereotipo: ahora soy el niÒo que contesta a mam·, luego el joven anarquista, despuÈs el tipo simp·tico y superficial, m·s tarde el exnovio que no acaba de desaparecer de una vez, y el primo descastado, y el eterno adolescente, y esto y lo otro y lo de m·s all·. No somos yo.