Pues todo esto de la civilizaciÛn y el progreso resultÛ ser bastante insatisfactorio. Si pensamos en la gente de la antiguedad creo que podemos decir que no eran ni m·s ni menos felices que nosotros, pues al fin y al cabo, el progreso casi ha sido exclusivamente tecnolÛgico. Y bueno, ahora tenemos telÈfonos mÛviles que sacan fotos e internet en casa, pero ølo pasamos mejor? Adem·s este es un punto de vista etnocÈntrico, no hay que olvidar que dos tercios de la poblaciÛn mundial a˙n vive en la miseria.
Pero veamos un ejemplo de un hombre occidental: una noche se toma unas caÒas, luego cena pantagruÈlicamente, despuÈs al cine, ya en casa se toma algo caliente y duerme en un colchÛn protegido por las mantas. Esto le valdrÌa a cualquiera para ser feliz, a cualquier persona en la pobreza, pero nuestro prototipo de hombre occidental a˙n tiene tiempo para ponerse melancÛlico antes de caer en el primer sueÒo, si es que no padece de insomnio. Con todo esto, la depresiÛn es la enfermedad del siglo que viene. La civilizaciÛn y la ciencia nos han traÌdo todos estos cachibaches tan simp·ticos pero los problemas entre las personas son m·s o menos los mismos que los que se reflejan en las tragedias griegas o, al menos, del mismo calibre.