Es curioso, casi todas las confiterÌas est·n regidas por mujeres de media edad o m·s mayores. Por lo general tienen rostros dulces labrados por aÒos y aÒos de vida entre pasteles y tartas. Algunas hasta me empalagan. Por introducir algo de acidez al asunto contarÈ una anecdota picantona: les contaba yo el otro dÌa a los coleguitas que cerca de mi casa en Madrid hay un restaurante erÛtico donde las chicas en despedida de soltera (fiestas en las que las mujeres sacan sus instintos perversos del modo m·s pueril) comen pastelitos con forma de falo, cosa que les divierte sobremanera. Uno de mis amiguetes, caracterizado por cierta aficciÛn al sexo y derivados, dijo que lo que de verdad estarÌa bien es que le comiesen el falo mientras Èl comÌa pasteles. Todos convenimos en que tenÌa razÛn.