El poeta alem·n Auden incluye entre los seres sagrados a los cuatro que se definen por la inexistencia: la
Nada, la
Muerte, la
Oscuridad, el
Silencio. Yo aÒadirÌa el
Olvido.
Si alg˙n hecho tiene lugar sin consecuencias y todos los que lo conocen lo olvidan y todos los que lo ignoran, lo ignoran, entonces: øha realmente tenido lugar ese hecho?
A veces pienso en mis muertos (y en mis muertos incluyo a todos mi ex-amigos y ex-personas que se han pasado por mi ex-vida) como gente que, de alguna manera, solo ha existido en mi imaginaciÛn. Cuando recuerdo a mi padre me parece que nunca existiÛ en la realidad (desde luego tenÌa todos los ingredientes para ser un personaje de ficciÛn menos uno: tener un hijo real, si es que yo soy real). SÛlo el hecho de que yo haya nacido confirma su existencia. Ya me quedan pocas im·genes de Èl. Alg˙n dÌa lo olvidarÈ por completo. Y sus fotos se traspapelar·n. Y yo tambiÈn morirÈ. Y ya nadie lo tendr· en la cabeza. Entonces Èl nunca habr· nacido. Ni Èl ni nadie, claro.