A veces encuentro fotos de carnet perdidas en el asfalto. Me gusta recogerlas y pegarlas en la puerta del frigorÌfico porque es extraÒo tener la cara de un desconocido ahÌ colgada. Se me ha ocurrido que podrÌa sacarme yo tambiÈn unas fotos y sembrar con ellas algunas calles. Alguien las pondrÌa en su nevera y, tal vez, alg˙n dÌa, nos encontr·semos en alg˙n cruce o paso de cebra.
TambiÈn fantaseo con la posibilidad de que alguno de los m˙ltiples invitados que tenemos en nuestra casa traiga consigo a una de las personas extraÒas que nos miran desde la nevera. Se sorprenderÌa mucho de que lo tuviesemos allÌ, como una estampita.