Con el tema de
Letizia Ortiz supongo que, como adalid de la revoluciÛn y vanguardia de las clases trabajadoras, me toca seÒalar de nuevo la desnudez del emperador: se est·n llenando las bocas con la profesionalidad y el
savoir faire de la chica, pero nadie se acuerda que el espacio informativo en el que trabajaba fue condenado por el Tribunal Supremo por manipular la informaciÛn sobre la huelga general. El cada vez m·s odiado
Sr. Urdaci, compaÒero y jefe de Letizia, ni siquiera cumpliÛ las Ûrdenes de los jueces de rectificar en el informativo, sino que lo hizo
despuÈs de Èste. Por lo dem·s no creo que sea necesario que ning˙n juez lo indique para darse cuenta del car·cter fascista de este espacio y de su director.