Y veo tantas canciones y poemas y personas y libros y pelÌculas que describren lo que yo siento que, a veces, me siento muy poco individuo. Todos somos iguales. DesearÌa encerrarme en un laboratorio secreto y, despuÈs de mucha c·bala y mucha alquimia, crear una droga nueva que no mostrarÌa a nadie. La ingerirÌa y tendrÌa una sensaciÛn que nadie antes habrÌa experimentado y nadie experimentarÌa nunca y yo serÌa un ser ˙nico en todo el espacio y en todo el tiempo.
Cuando me cruzo un miembro de las Fuerzas de Seguridad del Estado por la calle (cosa bastante f·cil ˙ltimamente gracias a su proliferaciÛn), tratÛ de mirarle a los ojos y expresarle la aversiÛn que me produce, la repugnancia. No confÌo demasiado en mis dotes de actor, asÌ que creo que ellos piensan que sufro de retortijones o que soy miope perdido. Seguro que en sus mentes violentas y primitivas se escucha una voz que dice: "cÛmete tu diarrea, sucio comunista pagado con el oro de Mosc˙". Y se quedan encantados.