Marlene Dietrich: en sus pelÌculas podÌa estar perdidamente enamorada de cualquier hombre, pero a˙n parecÌa una
femme fatale. Era esa expresiÛn de su cara, displicente, la hacÌa frÌa, dura, independiente. En efecto, debÌa ser difÌcil amarla y no saber si era totalmente tuya. Pobre Marlene, su cara no era un espejo del alma, pero quÈ bonita era.